Los autores del Antiguo y Nuevo Testamento usaron muchas metáforas distintas para el Señor Jesucristo. Estas ilustraciones en palabras describen vívidamente los maravillosos aspectos de la vida y el ministerio de Jesús.
Mientras visitaba a un amigo, el autor de himnos Albert Simson Reitz vio el siguiente lema colgado de una pared: “El Cordero es mi Pastor”. Qué tonto, pensó él. Luego se dio cuenta que una mancha en sus anteojos había distorsionado la segunda palabra del lema. En realidad decía: “El Señor es mi Pastor”.
Su error le hizo pensar. Recordó que las Escrituras presentan a Jesús como el Buen Pastor y también como el Cordero de Dios. Reitz le dijo a su amigo: “Acabo de ver el glorioso Evangelio de nuestro Señor bajo una nueva luz. Me hace recordar que el apóstol Juan tuvo una visión en la isla de Patmos, garantizándole que el resucitado ‘Cordero que está en medio del trono’ guiará a Su pueblo aun cuando éste llegue al cielo. Leer mal ese lema en tu pared me ha dado una rica bendición. En realidadpodría decir, ‘El Cordero es mi Pastor’ “.
Es reconfortante saber que nuestro Pastor nos guiará a salvo a través de esta vida, y que seguirá alimentándonos y guiándonos por toda la eternidad.
El Cordero que murió para salvarnos es el Pastor que vive para guiarnos.
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