lunes, 6 de noviembre de 2017

¡Todos debemos aprender a comunicarnos mejor, a ser más sinceros unos con otros y más francos acerca de nosotros mismos!

¡Todos debemos aprender a comunicarnos mejor, a ser más sinceros unos con otros y más francos acerca de nosotros mismos!

     Cuando enfrentes algún problema o dificultad, jamás debes quejarte ni pregonar tus dudas o murmuraciones. ¡Lo cual no quiere decir que no puedas pedir consejo u oración para tu problema!
     Algunos se guardan las cosas y atraviesan sus dificultades sufriendo, sin pedir ayuda ni oración. Tal vez eso sea admirable, poder soportar en silencio. Pero, ¿no sería mejor que confesaran con franqueza que necesitan ayuda y oración? Sufrir en silencio hace que todo el mundo se sienta desgraciado. Hablar claro evita malentendidos y hace que los demás te dispensen al menos algo de oración y un poco de compasión, ¡lo cual uno agradece mucho cuando está pasando dificultades! (Stg.5:16)
     En muchas ocasiones es útil hablar del problema, pero claro, es preferible acudir a alguien que sea espiritualmente fuerte, ¡para no hacer tropezar a otros, deprimirlos ni desanimarlos en modo alguno!
     Todos necesitamos del aliento de los demás, y lo menos que puedes hacer es pedir que oren por ti, ¡lo cual es muy provechoso! "¡Uno puede perseguir a mil, pero dos pueden hacer huir a diez mil!" (Deut.32:30) ¿Amén?

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