viernes, 26 de septiembre de 2014

Den gracias a Dios por las situaciones imposibles

Yo soy el SEÑOR, Dios de toda la humanidad. ¿Hay algo imposible para Mí? Jeremías 32:27[8]

Para que Dios haga un milagro, hace falta una situación imposible, así que las imposibilidades son un reto para nuestra fe, puesto que nos hacen ver que sin el Señor nada podemos hacer[9]. Quiere que le demos la honra a Él, que veamos que Él es todopoderoso, que puede hacer lo que quiera y cualquier cosa que desee, sean cuales sean las circunstancias. Otra cosa es que permite que se den esas situaciones para que acudamos a Él con afán y para obligarnos a depender de Él.

No debemos quejarnos cuando se nos presenta una imposibilidad, no debemos lamentarnos ni pensar: «Oh, no. Qué problema. Y ahora ¿qué vamos a hacer?» Tenemos que aceptarlo como una magnífica ocasión de estar ilusionadamente a la expectativa de las soluciones de Dios, de esperar con fe que Dios haga algo, porque es emocionante ver a Dios en acción.

Cuanto más imposible la situación, más milagros hace Dios, y más fe tenemos la siguiente vez. Cada vez que el Señor logra la victoria y hace un milagro, aumenta nuestra fe para la próxima imposibilidad. Nuestra fe va aumentando, de tal modo que cada vez nos hace más ilusión vernos en esas situaciones en que tenemos que decir: «¿Qué hará el Señor esta vez?» La fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios[10]. En cada uno de esos casos, desde luego debemos aferrarnos bien fuerte al Señor y Su Palabra, y así va aumentando nuestra fe. Así que, ¡alabado sea el Señor, por Sus maravillosas victorias!

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