jueves, 18 de septiembre de 2014

¡Dios funciona!



¡Dios funciona! ¡Con saber eso basta!

     Todos empleamos la energía eléctrica a diario, a pesar de que en realidad nadie la entiende ni sabe de dónde sale ni cómo llegó aquí. Desde luego, nadie la ha visto jamás; sólo se conocen sus efectos. ¡De igual manera debemos aceptar la existencia de Dios, aunque no lo entendamos totalmente ni sepamos de dónde procede! ¡Simplemente sabemos que existe y que está presente en todo momento, que lo sabe todo y es todopoderoso!
     Lo único que la mayoría de nosotros sabe sobre la electricidad es que... ¡funciona! Accionamos el interruptor, hacemos contacto con ese poder invisible, y éste funciona a nuestro servicio. Igualmente debemos aprender a establecer contacto, una relación personal, con la energía divina mediante la oración. La oración es la búsqueda de contacto espiritual con Su Espíritu mediante la obediencia a las leyes de Su Palabra. ¡Debemos valernos de Dios como lo hacemos de la electricidad, y dejar que Su luz y energía inunden los rincones de nuestra vida, para proporcionarnos luz, fuerza y alegría, haciendo por nosotros muchas cosas de las que somos incapaces!
     ¡Basta con que extiendas la mano de la fe y acciones el interruptor de la decisión, que establece el contacto y envía a tu vida esa corriente de energía! No hace falta que lo sepas todo. ¡Simplemente acciona el interruptor y verás que funciona!

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