Dominio propio
Oh, bendito Jesús, haz que mi alma se
aquiete en Ti.
Permite que Tu poderosa calma reine en mí.
Gobiérname, oh Rey de la Calma, Rey de la Paz.
San Juan de la Cruz (1542–1591)
Permite que Tu poderosa calma reine en mí.
Gobiérname, oh Rey de la Calma, Rey de la Paz.
San Juan de la Cruz (1542–1591)
No gozaremos de estabilidad ni de
madurez espiritual hasta que aprendamos a hacer lo que está bien aunque nos
parezca que está mal. Cada vez que hacemos lo que está bien por decisión
propia, mediante la disciplina y el autocontrol y a pesar de nuestros
sentimientos, cuanto más doloroso nos resulta en lo físico, más crecemos
espiritualmente en ese momento en particular. Joyce Meyer
El autocontrol es la capacidad de
mantener la cabeza fría mientras alguien te la calienta. Anónimo
Dios no nos ha dado un espíritu de timidez,
sino de poder, de amor y de dominio propio. 2 Timoteo 1:7
El secreto para adquirir dominio propio
radica en rendir nuestra vida a Dios y dejar que Su Espíritu Santo guíe
nuestros pensamientos, nuestros actos y nuestra vida. «No os conforméis a este
mundo —recomienda el apóstol Pablo—, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta».
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