jueves, 25 de junio de 2015

El gozo de Dios

EL GOZO DE DIOS
El gozo que Dios nos ofrece ser felices aunque nuestra situación terrenal no sea perfecta, porque se trata de un gozo trascendente. Dios promete resolverlo todo en el futuro y nos proporciona fuerzas en el presente.
Quiere hacernos felices aunque todavía no gocemos de una situación ideal y las circunstancias físicas no nos sean propicias. La dicha que Él nos ofrece nos permite estar alegres y tener una actitud de alabanza y despreocupación aunque nuestra vida esté llena de afanes. Proviene del más alto cielo y está muy por encima de todo ahogo terrenal. Jesús es el puente, la puerta de acceso a ese mundo de felicidad.
Dios nos ama aunque nos portemos mal, lleguemos tarde, nos rezaguemos, pequemos, seamos poco amorosos o decepcionemos a alguien. Él nunca deja de amarnos y, lo que es más importante, nunca deja de creer que la victoria está a la vuelta de la esquina, porque así es. La confianza que Él tiene en cada uno de nosotros nos permite vivir dichosos aun cuando todo se vea bastante negro, porque estamos convencidos de que lo mejor está por venir.
Para contar con ese gozo, es imprescindible ver el presente en el contexto de la eternidad, y no permitir que detallitos por aquí y por allá influyan tanto en nuestra felicidad y sosiego. Los problemas que ahora nos agobian se empequeñecen al compararlos con la eternidad de bienestar con Jesús que nos aguarda. Miremos, pues, hacia el futuro con fe; así nuestro presente también será mucho mejor.

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