martes, 23 de junio de 2015

Faltas y defectos

¡Admite sinceramente tus faltas y defectos, y reconócelos delante del Señor!

     ¡Lo mejor que podemos hacer con los defectos, faltas, errores y debilidades, es verlos y reconocerlos sinceramente, y entonces intentar superarlos de algún modo!
     Cuando nos equivocamos, Dios no nos desecha sin más. ¡Si fuera así, ya nos habría desechado hace mucho tiempo, considerando la cantidad de errores que cometemos! ¡Simplemente nos indica la manera de corregirlos y nos anima a seguir intentando!
     Todos tenemos debilidades, todos nos equivocamos, pero la mejor manera de ayudarnos a nosotros mismos es afrontar la realidad. ¡Tenemos que estar dispuestos a abrir nuestro corazón y a desnudar el alma ante el Señor y nosotros mismos, a vernos tal como somos en realidad! ¡Debemos pedirle al Señor que nos ayude a ser sinceros con nosotros mismos y a vernos como Él nos ve! Como dijo Shakespeare: "Si puedes ser veraz contigo mismo, no podrás ser falso con nadie." ¡Si somos capaces de reconocer sinceramente nuestros problemas, podremos entonces combatirlos!
     ¡Gracias, Señor, porque estamos aprendiendo y todavía estamos aquí a pesar de nuestros errores, faltas y defectos! ¡Sabemos que es únicamente gracias a Ti! ¡Tú nunca fallas!

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