EN SINTONÍA CON DIOS
El secreto para alcanzar el éxito en la vida y tener relaciones armoniosas con los demás es aprender a estar en sintonía con Dios. Para ello hay que hablar con Él todos los días.
Al final de cada día haz una pausa y reflexiona. Si albergas en tu corazón enojo o algún otro sentimiento negativo, desembarázate de él. Haz una oración y pídele a Dios que te libre de ese disgusto. Lo hará.
Si pides a Dios que te ayude a cultivar el don de levantar el ánimo a los demás, Él lo hará. Y ya verás que todo el mundo te lo agradecerá.
Hacer una pausa para establecer contacto con Dios es como tomarse una taza de buen café: te infunde energías y te deja con ganas de tomarte otra más tarde.
Dios es el autor de la esperanza, la fuente de toda paz y fortaleza.
Para no tener una percepción distorsionada de las cosas conviene enfocarlas desde el prisma del amor. Pidamos a Dios que nos ayude a ver desde Su óptica a las personas y circunstancias. Sólo así tendremos la seguridad de que nuestra visión es bien nítida.
Dios derrama sobre nosotros bendiciones todos los días. Si te detienes a apreciarlas y agradecérselas, te dispensará aún más.
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