lunes, 6 de junio de 2016


¡Tienes que Recargar tu Tanque de Amor!
Por Rick Warren

“El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.” (1 Corintios 13:7 NTV)
El amor puede ser completamente agotador. No dejes que nadie te engañe. El tipo de amor que realmente hace la diferencia en este mundo te drenará por completo.
Algunas veces sientes que no tienes más amor que dar. Tal vez estás en un trabajo de intensa relación con gente, como maestro, vendedor, o mesera, y llegas a casa y piensas: “no puedo atender otra necesidad, otro problema, ni otro dolor de cabeza”. Así que solo te desconectas.
O te ves en la necesidad de demostrar amor a una persona en particular que es demandante, egoísta y nunca corresponde tu amor. Y sólo piensas. “Se acabó, ya no más”.
Mientras eso es perfectamente natural y humano, no es el estándar de amor al que Dios nos llama en la Biblia. La Biblia dice, “El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.” (1 Corintios 13:7 NTV). El amor nunca se rinde.
¿Cómo puedes tener ese tipo de amor paciente por otra persona? Eres reabastecido.
Cuando mis hijos eran pequeños, recuerdo llevar a la familia a un evento aéreo cercano. Fue tan impresionante ver como reabastecieron a un jet en pleno vuelo. Nunca olvidaré eso.
Pero, te puedes imaginar a alguien volando un jet diciendo: “¡No necesito ser reabastecido!” El jet se estrellará y arderá. En un vuelo de larga distancia, un jet tiene que ser reabastecido.
Para dar el tipo de amor paciente que Dios quiere que des, tienes que reabastecer tu tanque de amor. Mira a la sociedad, y verás que está repleta de escombros de relaciones que se han estrellado y ardido porque las personas no reabastecieron su amor.
¿Cómo reabasteces tu tanque de amor? Comienzas permitiéndole a Dios que te amé. “Nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19 NVI). Cuando estás desgastado, cansado y no te puedes imaginar demostrando amor a nadie más, recuerda que Dios te amó tanto que envió a su Hijo a morir por ti.
Eso verdadero combustible. Eso es lo que te ayuda a seguir adelante cuando te dan ganas de darte por vencido.

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