Sep 01, 2014 12:28 pm
Magnífico Sanador
Palabras de Jesús
Él sana a los de
corazón quebrantado y les venda las heridas.
Cuenta las estrellas y llama a cada una por su nombre.
¡Qué grande es nuestro Señor! ¡Su poder es absoluto!
¡Su comprensión supera todo entendimiento!
El Señor sostiene a los humildes. […]
El Señor se deleita en los que le temen, en los que ponen su esperanza en Su amor inagotable.
Salmo 147:3-6, 11[1]
Cuenta las estrellas y llama a cada una por su nombre.
¡Qué grande es nuestro Señor! ¡Su poder es absoluto!
¡Su comprensión supera todo entendimiento!
El Señor sostiene a los humildes. […]
El Señor se deleita en los que le temen, en los que ponen su esperanza en Su amor inagotable.
Salmo 147:3-6, 11[1]
*
Cesa de esforzarte y
reposa en Mi amor. Ten la tranquilidad de que a medida que me busques,
me hallarás. No temas, ni dejes que los sentimientos de condenación te
detengan ni te hagan sentir que no te amo. Conozco las debilidades y
flaquezas de tu condición humana. A pesar de todas ellas, Yo te estoy
dejando la vía tan expedita y tan fácil como puedo.
Así como el padre se
compadece del hijo que se esfuerza por complacerle, Yo también me
compadezco de ti al ver tus esfuerzos por alcanzar la manija, y te abro
generosamente la puerta por iniciativa propia. Te doy entrada libre a
Mi Reino. Ven y participa de los frutos de Mi Espíritu. De gracia doy
de Mi Espíritu, y tienes libertad para disfrutar de los frutos de Mi
Espíritu por la eternidad.
Tiempo en el desierto
No desmayes, sino confía
en Mi amor, ten fe en él. Confía en que tus pruebas y batallas, los
momentos en que te encuentras en un paraje desolado y tienes que
reposar bajo los árboles y beber de aguas refrescantes que te devuelven
las fuerzas provienen de Mí. Ahora no lo ves como una bendición, pero
este tiempo de quietud, de oración, de soledad, de reflexión, redundará
en riqueza de espíritu.
Encontrarás sabiduría,
compasión y comprensión. Hallarás fortaleza en Mí. En tu relación conmigo
encontrarás el poder que necesitas. Piensas: «He estado tantas veces en
este paraje desolado. Cuántas veces he participado de esta quietud y
soledad. ¿Por qué he de hacerlo una vez más? ¿Será que no aprendí las
lecciones que necesitaba? ¿Será que soy tan duro de corazón que no oigo
la voz del Señor, y por eso Él tiene que castigarme y quebrantarme
tantas veces?
Este tiempo no es ningún
castigo. No es que no oigas Mi voz ni aprendas las lecciones que te
hacen falta. Te estoy bendiciendo y honrando al concederte estos
momentos tan especiales conmigo. Momentos en que podemos disfrutar de
mutua comunión y conocernos de un modo más íntimo.
No quiero que tengas otros
dioses delante de Mí: ni tu familia, ni tu trabajo, ni tu ministerio.
Necesitarás esa estrecha relación conmigo para cumplir el plan que te
tengo reservado, cuando se te pida que estés en sintonía conmigo, que
andes en oración y con prudencia, que manifiestes amabilidad, amor y
compasión, y que entiendas a los que se sienten desanimados y han perdido
las esperanzas.
Al haber pasado ese tiempo
en el desierto podrás hablar de la abundancia de tu corazón. Hablarás
por experiencia y darás testimonio de las bendiciones y beneficios que
te reportó poner tu confianza en Mí y prestar oídos a Mi voz.
Operación del corazón
Acércate a Mí tal como
eres. Te daré un nuevo corazón y un espíritu renovado. Soy consciente
de que hay muchas pequeñas piedras que estropean la belleza de tu
corazón. Confía en que haré lo que no puedes hacer: quitar los trocitos
de piedra uno por uno. No esperes que ese trabajo sea sin dolor. Las
operaciones del corazón son algo serio; siempre hay dolor. Muchas de
tus duras experiencias fueron, sin que te dieras cuenta, Mis
operaciones en tu corazón, las que he llevado a cabo con habilidad.
Cuando pases por una época difícil, pon los ojos en Mí; sonríe y
agradéceme por la renovación que obro en tu interior. Ese acto de fe no
detiene tu sufrimiento instantáneamente, pero da sentido a tu dolor.
Maravíllate por el milagro
de ser una nueva creación, injertada a Mí: el Mesías. Te has liberado
eternamente de la condenatoria ley de pecado y muerte. Puedes
regocijarte en esta verdad gloriosa aunque estés en medio del
sufrimiento. Como soy el Creador de todo lo que hay y se te ha creado
conforme a Mi imagen, en tu interior tienes una abundancia de poder
creativo. Esfuérzate por ver tus circunstancias con una nueva
perspectiva: con ansia de colaborar conmigo mientras creo algo nuevo
dentro de ti y a través de ti. Aunque soy el Señor del universo, deseo
trabajar conjuntamente contigo. A medida que aceptes participar en esta
aventura sagrada, te conviertes más en la persona que he planeado que
seas[2].
Tu nave llegará a puerto
Siento el dolor y el
trauma que has sufrido, tanto en lo físico como en lo espiritual, al
pasar por esta experiencia difícil. Conozco el sufrimiento, el dolor,
el sentimiento de pérdida, de estar incompleta. Para superar esa
depresión, esa melancolía, y salir de estos altibajos emocionales, aférrate
firmemente a Mí. Ora, pidiendo mucha fe, y cree Mi promesa de que te
guardaré en completa paz. Mantén tus pensamientos firmes en Mí, y
permítete creer y aceptar Mi amor y el cariño de quienes te rodean.
Este quebrantamiento, este
aplastamiento, estas emociones profundas, esta experiencia que te ha
llenado de inquietud, es como el pulido de una piedra preciosa
valiosísima. Permito que algunas partes se desbasten y aparentemente se
pierdan, pero en el proceso se revela la auténtica belleza interior, la
que centellea, la que resplandece. En este proceso has adquirido
profundidad interior, que es una joya de valor incalculable. Ahora el
amor que hay en tu interior puede brotar sin trabas.
La clave para cobrar
fuerzas y estar victoriosa radica en que me ames, en que confíes en Mí
y tengas fe en Mí y en los demás. Es importante que te fijes en todo lo
que tienes, y no en lo que te falta. Es esencial que creas y aceptes el
amor que recibes de Mí y de tus seres queridos. A medida que recibas y
creas, confíes y reposes con amor y respondas con amor, encontrarás paz
y se curarán tu alma y tu espíritu. Tu nave, que está siendo zarandeada
en alta mar, llegará al puerto apacible de Mi paz, Mi reposo y Mi gozo.
Estoy contigo
Nada me es oculto. Conozco
todos los pensamientos y deseos, y hasta la más íntima de las
oraciones. Cada vez que alzas los ojos a Mí, que clamas a Mí, estoy a
tu lado, oigo tus oraciones y Mi corazón se conmueve de compasión.
Jamás se me endurece. Jamás me canso de escucharte. Jamás te rechazo.
Nunca me duermo. Nunca coloco en Mi puerta un cartel rogando que nadie
me moleste. Jamás estoy pensando en otra cosa. Nunca estoy demasiado
cansado u ocupado para atenderte. Siempre oigo y respondo tus ruegos:
unas veces de la forma en que deseas y otras de maneras que ignoras, o
que aún no puedes ver. En todo caso, siempre oigo y respondo.
*
Ya que tenemos un gran
Sumo Sacerdote que entró en el cielo, Jesús el Hijo de Dios,
aferrémonos a lo que creemos. Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras
debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que
enfrentamos nosotros, sin embargo él nunca pecó. Así que acerquémonos
con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí
recibiremos Su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando
más la necesitemos. Hebreos
4:14-16[3]
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