viernes, 23 de octubre de 2015

Los chismes pueden causar mucho dolor

LOS CHISMES NOS PUEDEN CAUSAR MUCHO DOLOR

Marie Story

¿Tu lengua propaga fuegos destructivos? Si no tienes cuidado, puedes quemar amistades, destruir la confianza y propagar dolor entre tus amigos y familia. Puede parecer que un cuentito —o un relato insignificante que te mueres por contar— no tiene por qué causar dolor, pero si no tienes cuidado, los chismes nos pueden causar mucho dolor.

Los chismes muchas veces no son ciertos, o en el mejor de los casos son interpretaciones erradas de la realidad. La mayoría de la gente no anda divulgando mentiras sobre otros intencionalmente; pero si escuchamos algo interesante de una «fuente fidedigna», pensamos que no puede hacer daño divulgarlo.
Proverbios 15:4 dice: «la perversidad de (la lengua) es quebrantamiento de espíritu». Contar relatos negativos de otros hace daño de muchas maneras diferentes. Daña nuestra propia integridad por andar diciendo cosas un tanto cuestionables. Hace daño a quienes escuchan el rumor porque llegan a conclusiones con falta de información basadas en historias de dudosa procedencia. Y sobre todo, daña a la persona de la que se está chismorreando, ya que no se puede defender a sí misma a medida que el rumor se propaga y diestra y siniestra.

Cabe aclarar que chismear no es solamente propagar información falsa sobre otros, sino también compartir información certera sobre otros, con detalles que no nos incumben como por ejemplo: por qué fulano rompió con mengano; o que alguien engordó no sé cuántos kilos en las vacaciones, o lo que sea. Ya sea que el relato sea cierto o falso, los chismes hacen daño o son vergonzosos para la persona de la que se está hablando.

Lo bueno es que los chismes se pueden parar. Y los puedes detener. Proverbios 26:20 dice: «Sin leña se apaga el fuego, y donde no hay chismoso, cesa la contienda.»

En zonas boscosas, a veces se crean claros para contener los incendios. Los crean para evitar que el fuego se propague a zonas más vastas. Cuando el fuego llega a esos claros no tiene dónde continuar y a la larga se apaga.
Puedes ser el claro donde se terminan los chismes. El fuego se apaga si se queda sin combustible, y un rumor muere si nadie lo sigue propagando. Cuando alguien se te acerque con un chisme, tú puedes decidir no contarle a  nadie lo que escuchaste.
 

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