SIGUE CREYENDO, SIGUE ORANDO
Mark Batterson
Las oraciones fervientes honran a Dios, y Dios honra las
oraciones fervientes. A Dios no lo ofenden tus sueños más ambiciosos o tus
oraciones más fervorosas. […] No hay nada que le guste más a Dios que
cumplir Sus promesas, responder a las oraciones, hacer milagros y cumplir
sueños. Así es Él. Es lo que hace. Y cuánto más ambiciosas sean nuestras
oraciones, mejor, porque lo glorifica aún más. Los mejores momentos de la vida
son los momentos milagrosos en que se cruzan la impotencia humana y la
omnipotencia divina, y esto ocurre cuando pedimos lo imposible e invitamos a
Dios a intervenir.
Lo primero que debemos entender es esta sencilla pero
transformadora verdad: Dios está contigo. Si no lo crees, entonces tus
oraciones serán muy débiles. Si lo crees, entonces tus oraciones serán
contundentes y audaces. Y de una manera u otra, tus oraciones débiles o las
contundentes y audaces cambiarán la trayectoria de tu vida y te convertirán en
alguien diferente. Las oraciones son profecías. Predicen con precisión el
futuro de tu vida espiritual. Terminas siendo un reflejo de tus oraciones. La
transcripción de tus oraciones termina siendo el guion de tu vida.
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