viernes, 28 de noviembre de 2014

Lo que realmente cuenta

Una frase célebre que colgaba en la pared de la oficina de Albert Einstein decía: «No todo lo que cuenta es cuantificable; y no todo lo cuantificable cuenta». Dicho de otro modo, muchas de las cosas que haces en un día o en una semana no se pueden contar. Hablo de cosas como el tiempo que se pasa en oración, la energía que se gasta en la enseñanza de los niños, el tiempo que puedes dedicarle a la misión, cuando dejas de hacer algo que querrías hacer para sacrificarte por otra persona. No son cosas que puedan ser marcadas como terminadas en tu lista de quehaceres, pero en realidad son momentos vitales que definen tu día y tu vida.
Debemos estar seguros de mantener muy claro en nuestras mentes que el amor es lo más importante. Si no tenemos amor, todas las marcas de logros en nuestra lista de tareas, todos nuestros hechos grandiosos, no servirán de nada.
¡La prioridad número uno es y siempre debería ser la de amar! Si cuando te acuestas por la noche puedes dormir sabiendo que has mostrado amor, entonces podrás descansar de verdad, sabrás que has logrado algo verdaderamente grandioso.
Si hoy fuera su último día y lo supieran, ¿cuánto tiempo dedicarían a algo que no significa nada en el panorama de la eternidad? Valorarían mucho los minutos. Y elegirían invertirlos en lo más importante. Las cosas del mundo no tendrían sentido, serían casi ofensivas a su espíritu. Querrían amar a sus seres queridos y hacerles saber cuánto significan para ustedes. Arreglarían toda desavenencia y se reconciliarían de haber necesidad. Si alguna vez se han visto cara a cara con la muerte, o han acompañado a un ser querido en una enfermedad grave y visto cómo reacomodaba su escala de prioridades, entenderán esto. Todo se hace muy claro en momentos así. Lo único que importa es el amor.

 

jueves, 27 de noviembre de 2014

El ciego

EL CIEGO

Había un ciego sentado en la vereda, con una lata a sus pies y un pedazo
de cartón grueso que, escrito con tiza blanca, decía:

POR FAVOR AYÚDEME,
SOY CIEGO.

Un joven ejecutivo, experto en publicidad, que pasaba frente a él, se
detuvo y con pena se percató que sólo había unas pocas monedas en la
lata. Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio vuelta, sacó un
marcador indeleble de su bolsillo y, mientras el ciego reclamaba su
letrero, escribió otro texto.
Volvió a poner el cartón en su sitio, esta vez con el nuevo texto hacia
adelante, dejó unas cuantas monedas en la lata, se despidió con unas
pocas palabras y se fue. Por la tarde el joven volvió a pasar frente al
ciego, su lata ahora estaba llena de billetes y monedas.
Apenas se acercó al ciego, éste reconoció sus pasos e intrigado por
saber qué palabras mágicas había escrito en su cartón, le pidió que se
lo leyera.
Al ejecutivo le pareció que sería más provechoso para el invidente que
se quede intrigado por unas horas más, hasta llegar a casa, donde
seguramente algún familiar o vecino se lo podría leer. Por lo tanto se
negó a leerlo, sólo le contestó:
—El cartel no dice nada que no sea tan cierto como tu anuncio, sólo con
otras palabras.
Dejó un par de monedas más, se despidió y siguió su camino, satisfecho
que su cartel había tenido el éxito deseado. Decía:

HOY ES PRIMAVERA,
Y NO PUEDO VERLA.

Cambiemos de estrategia cuando las cosas no salen como deben. Si
nuestras palabras no tienen el impacto deseado, busquemos otra manera de
presentar nuestro argumento.

Einstein concluyó: «Si haces lo que siempre has hecho, obtendrás los
resultados que siempre has obtenido.»
Bastante obvio, tanto que se nos olvida.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

La inspiración nos mantiene vivos

La inspiración es algo maravilloso creado por Dios. Aunque es intangible, resulta muy poderosa. El término inspiración data del siglo XIV, con definiciones tales como «influencia divina inmediata». El término en francés significaba «inhalar, tomar aire», y la voz latina se traduciría como «inspirar, inflamar, infundir aliento». Una definición moderna que leí expresaba inspiración de la siguiente manera: estar en espíritu. Me parece una ilustración muy apropiada, pues como cristianos procuramos alinear nuestro espíritu, nuestras acciones y nuestros pensamientos con los de Dios. Entre los sinónimos de inspiración podemos citar aliento, genio, perspicacia, visión, creatividad, chispa, iluminación, entusiasmo, estimulación, musa y clarividencia.
La inspiración nos infunde un renovado entusiasmo por la vida. Nos impulsa, mueve o guía hacia la acción. Proporciona el fuego del alma, en sentido figurado. Creo que a todos nos gusta estar en estado de inspiración. Al menos sé que es así en mi caso. Y además nos agrada estar rodeados de personas que están inspiradas. La realidad, sin embargo, es que no vivimos inspirados todo el día. Hay ocasiones en que la inspiración se nos desliza entre los dedos, en que no solo nos falta, sino que nos parece que nunca volveremos a sentirnos inspirados.
A veces enfrentamos un reto importante en nuestro lugar de trabajo. O uno de nuestros hijos está pasando por un momento difícil y nos abruma la preocupación. O surgen gastos inesperados y nuestros recursos no alcanzan y eso nos genera mucha ansiedad. O tal vez nos hemos distanciado de un buen amigo o un ser querido y nos sentimos sumidos en el remordimiento o el pesar. O quizás no haya sucedido nada malo pero nos sentimos desinflados, sin inspiración.
Cuando te parezca que has perdido la inspiración o las esperanzas, o te sientas sin fuerzas, como si te hubieras quedado sin energía y no sabes qué hacer para recobrarla, hay algunas cosas que pueden resultar de ayuda. En Su previsión y gran amor por nosotros, Dios creó muchas cosas que pueden servir de chispazos para dar impulso a nuestro sentido de felicidad y bienestar y volver a encender la llama de nuestra inspiración.
Ya sea que estemos tratando de superar un momento difícil o de obtener inspiración creativa para un proyecto, estas fuentes de inspiración pueden servir como estaciones de reabastecimiento de nuestro espíritu. Aunque esta lista no es exhaustiva, espero que les provea un punto de partida.
> Leer la Palabra de Dios es primordial. La Biblia es una fuente directa de inspiración divina. Jeremías dijo de la Palabra de Dios: «Tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón»[1]. Comulgar con Dios debe ser nuestra primera prioridad cuando nos quedamos sin inspiración y necesitamos una renovación espiritual. La inspiración más auténtica y profunda la obtenemos de nuestra relación con el Creador. Eso es lo que nos proporciona el inefable «gozo del Señor» al que se refiere la Biblia, la inspiración que no palidece[2].
Meditar y reflexionar en la Palabra de Dios y los escritos de otros cristianos inspirados infunde a nuestro espíritu fe y orientación. Pasar tiempo en reverencia y adoración también puede ser una forma efectiva de elevar nuestro espíritu.
> No debe tenerse en menos la amistad. La buena compañía y la fraternidad son esenciales para llevar una vida feliz. Todos necesitamos apoyo. La mayoría de las mejores experiencias de la vida las compartimos con aquellos a quienes amamos. Y cuando nos sentimos cabizbajos o enfrentamos horas difíciles, los amigos son aún más importantes. No hay nada como juntarse con un buen amigo para compartir lo que sucede en nuestra vida, ya sean buenas nuevas o decepciones. Si te encuentras lejos de tus amigos y no resulta fácil la relación cara a cara, da resultado levantar el teléfono o llamarlos por Skype para mantenerse en contacto. Los verdaderos amigos no solo aportan apoyo; también nos inspiran a sacar lo mejor de nosotros mismos. Los amigos nos animan a seguir adelante, nos recuerdan que lo mejor todavía está por venir y que si persistimos, saldremos adelante, como ya lo hemos hecho muchas veces.
A la mayoría de las mujeres les encanta hablar con otras mujeres, mantener una conversación sin prisas con una amiga íntima. Los hombres también necesitan pasar tiempo con las amistades, que muchas veces pueden reunirse en grupo o realizar algún deporte o actividad. Hace poco pasé un par de días estupendos con dos de mis mejores amigos. Holgazaneamos en la piscina, tomamos unas cervezas y compartimos buenas comidas. Aunque los hombres no hablamos tanto como las mujeres, necesitamos pasar tiempo con los amigos tanto como ellas.
> La naturaleza es una magnífica fuente de inspiración. La creación de Dios es una prueba constante y asombrosa de Su poder y diseño. Además de ser increíblemente bella en sus múltiples formas, la naturaleza también pone de relieve el poder de Dios y Su amor por la humanidad. La naturaleza es una fuente estupenda de la que extraer inspiración, pues el genio divino se pone en evidencia en la obra de Sus manos.
La majestad de la creación es un recordatorio constante de que Dios, quien lo creó todo, es soberano y más que capaz de sobrellevar todas las cargas, temores, preocupaciones y oraciones que le encomendamos. Cuando recordamos esa gran verdad podemos echar nuestras cargas sobre Él con mayor facilidad[3], lo que nos aligera el espíritu y nos da inspiración y esperanza para el futuro.
> Procura alimentarte de buenas noticias. Esta es una forma muy efectiva de elevar nuestro espíritu. Como dice el versículo: «Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad»[4].
Si buscamos noticias positivas hay muchas que encontrar. Mantente en contacto con familiares y amigos. Busca historias o películas verídicas que sean inspiradoras. A mí me gusta leer el blog Noticias de las buenas. Me encanta escuchar relatos sobre oraciones respondidas y buenas noticias de familiares, amigos y afiliados a LFI de todo el mundo. Me eleva el espíritu. Y cuando me entero y me alegro de la buena fortuna de los demás suelo recibir buenas noticias en mi propia vida, o será que tal vez lo advierto más. Cualquiera que sea el caso, me ponen contento.
Podemos prestar más atención a las buenas nuevas que se suscitan en nuestra vida haciendo una pausa en la mañana o la tarde para reflexionar sobre cosas por las que estamos agradecidos y apuntarlas en nuestro diario de gratitud. Comparte las buenas noticias del día en familia alrededor de la mesa. La ciencia demuestra que las personas que llevan un diario de gratitud o hacen un recuento de sus bendiciones son más felices y viven más contentas.
> Apreciar las artes: la música, la pintura, la escultura, la literatura, la danza, la fotografía. Hay innumerables bellas expresiones de la aptitud creativa del hombre, y cuando tomamos tiempo para apreciarlas nos sentimos inspirados y elevados espiritualmente hablando.
Algo de lo que disfruto es de visitar museos. Encuentro profunda belleza e inspiración en algunas de las fantásticas pinturas y obras de arte, especialmente aquellas que ilustran la vida y el tiempo que pasó Jesús en la Tierra. La música que expresa adoración y reverencia a Dios me resulta muy conmovedora y profunda. Cuando me siento descorazonado o deprimido, es una de las primeras cosas de las que echo mano.
> Disfruta de las cosas simples de la vida. No siempre se necesita un acontecimiento importante o mayúsculo para levantarnos el ánimo. Algo pequeño disfrutado al máximo y en el momento indicado puede tener un gran efecto. Por ejemplo, una ducha caliente al final de un día ajetreado, un cappuccino perfecto, un beso de un niño o un nieto. Tomates madurados en la planta en una ensalada fresca, un vaso de agua helada para paliar la sed.
Todos los días nos vemos rodeados de cosas hermosas que nos parecen normales: la belleza del cielo, el murmullo de las hojas en las copas de los árboles, un colorido pajarito sobre un cable de teléfono, la sonrisa de un amigo. Hay incontables regalitos que recibimos a diario de Dios y de los demás, que pueden darnos alegría y una sensación de bienestar si les prestamos atención.
> Mantente vivo mediante el ejercicio. Es importante dedicar tiempo todos los días a alguna actividad física. La ciencia demuestra que el ejercicio es bueno para el organismo y para la salud mental y emocional, pues contribuye a fortalecer el ánimo. Cuando estés bajo de inspiración o te falte el ánimo, ponte a mover el cuerpo. Sal a pasear, baila, camina, corre, haz pesas. Reconozco que no es algo que siempre tengo ganas de hacer, sobre todo si ando un poco alicaído o me siento cansado. Pero después de hacerlo recupero el vigor y me siento más inspirado.
> Intenta hacer algo nuevo. Un cambio de aires y nuevas actividades nos renuevan la inspiración. Por eso, siempre que puedas, haz cosas nuevas, explora lugares nuevos, rompe tus rutinas. Los ambientes nuevos nos ofrecen perspectivas distintas. Dios nos hizo a todos con algún tipo de creatividad. Activar los procesos creativos aprendiendo algo nuevo puede ser entretenido y abrir caminos hacia una renovada inspiración. Intenta algo inédito: prepara un plato nuevo, pinta un atardecer, prueba a hacer actividades de jardinería. Haz algo que no hayas hecho antes. Considera un hobby nuevo.
> Dedica tiempo al silencio. La vida es muy ajetreada, está llena de ruido, actividades que se realizan a nuestro alrededor, interrupciones digitales. Dios nos hizo de manera que necesitamos momentos de silencio. Necesitamos espacios en blanco en nuestra vida. Si observáramos nuestra vida como un libro, los márgenes representarían el silencio que necesitamos para poder manejar las páginas de vida cotidiana. Es preciso asignar tiempo a Dios. Tenemos que hacernos tiempo para nosotros mismos. A veces simplemente tenemos que desconectar y apagar nuestros dispositivos electrónicos y apartarnos de toda la febril actividad para buscar momentos de quietud.
Se puede alcanzar un sentido de propósito y gozo a partir de momentos de silencio, reflexión, oración y comunión con Dios. A veces tenemos que reflexionar acerca de nuestra vida, en qué dirección va encaminada y cuáles son nuestros objetivos. Sal a caminar o vete a un promontorio o lugar alto donde puedas estar a solas con Dios para que te hable al alma. Muchas personas evitan estar a solas o en un lugar de quietud o silencio. Si te sientes así, te puedo asegurar que un lugar de silencio puede ser el punto de partida de renovadas esperanzas, prioridades, perspectivas e inspiración divina.
Todos somos diferentes. Tal vez obtengas inspiración y gozo de un momento de recogimiento, mientras otra persona se inspira estando rodeada de personas y en comunidad. Aunque para mí la música es una gran fuente de inspiración, quizás para otra persona lo sea dar caminatas. Además, en diferentes momentos de nuestra vida puede que lo que contribuya a infundirnos inspiración y reavive nuestra llama no sea siempre lo mismo. Por eso, aunque haya cosas hacia las que gravites como fuentes de inspiración, no te quedes atascado en una rutina. Intenta cosas nuevas. Mantengámonos abiertos a las múltiples formas en que podemos ser renovados.
Como reza el viejo adagio, «si buscas a alguien a quien hacer feliz, la felicidad vendrá a ti». Algo similar ocurre con la inspiración. En lugar de hacer estas cosas esperando impacientemente y preguntándote cuándo te va a venir la inspiración, disfruta del momento. Fija la atención en el presente, pon tus inquietudes en manos de Dios y confía en que Él te renovará la inspiración.
No desesperes ni te preocupes si estás pasando por una temporada de sequía o si parece que no logras recuperarte con la celeridad con que habías esperado. Hubo momentos en que enfrenté extensas pruebas de desánimo y desesperanza y no me sentía muy inspirado durante bastante tiempo. Hiciera lo que hiciera, al parecer la inspiración me eludía. Si te encuentras en esa situación ahora, Dios desea que le extiendas los brazos, que confíes en Sus promesas, que tengas paciencia a pesar de cómo te sientas o de tu bajo nivel de inspiración. A veces nos sentimos inspirados y a veces no, pero podemos confiar en la promesa de Isaías 40:31 de que la inspiración divina llegará en algún momento: «Los que esperan al Señor tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán»[5].

martes, 25 de noviembre de 2014

Cuando la carga se hace pesada

El sabio aprende de sus propios errores, pero es más sabio quien escarmienta en cabeza ajena. Puedes aprender no solo de los errores de otros, sino también de su ejemplo y sus enseñanzas. Toma ejemplo de Mi siervo Martín Lutero, que cuando tenía mucho que hacer dedicaba el doble de tiempo a orar, a estar a solas en comunión conmigo.
No temas, tú que estás agobiado y sobrecargado. No temas, más bien acude a Mí. Veo que tienes necesidad de descanso. Acude a Mí. Tráeme todas tus cargas y Yo te daré descanso. El secreto para entrar en Mi descanso está en echar tu ansiedad completamente sobre Mí. Yo te daré reposo. Yo doy a Mis amados reposo y dulces sueños. Al descansar en Mí, tu sueño será grato.
Eres Mi hijo amado en quien tengo complacencia. No permitiré que se añada a tus cargas o tareas una medida más que no seas capaz de soportar. Yo soy quien da la fortaleza y Yo te fortaleceré para las tareas que tienes entre manos y para las futuras. Sin embargo, para que Yo pueda fortalecerte, lo que tienes que hacer es acudir a Mí y deponer tu carga. Echa tu ansiedad sobre Mí, que Yo tendré cuidado de ti.
No te inquietes por el día de mañana, que, como he prometido, el mañana se encargará de sí mismo si echas sobre Mí tu carga, si nunca dejas de echarla. Ni siquiera pienses en lo que habrá de pasar en una hora, ni tampoco en lo que habrá de pasar de aquí a un minuto. Apóyate en tu fe para este momento, y Yo te sostendré como prometí.
¿Te preocupa y te agobia tanta presión? Ha llegado el momento de que acudas a Mí en las alas de la oración, en las alas de Mi Espíritu, y Yo te sostendré. La montaña que ves en el horizonte se te hace inmensa. Es gigantesca, demasiado alta para que la escales. La senda es angosta, escarpada y sinuosa; muy sinuosa. Es sumamente empinada en su serpentear mientras asciende en una y otra dirección. Es un sendero estrecho y difícil de subir. Muchas de las personas con las que te cruzas en el ascenso no son agradables, y sortear los obstáculos que surgen a tu paso pone a prueba tu pericia. El ascenso es sumamente difícil... para ti, pero para Mí no es tan difícil.
No te preocupes de cómo subirás, ya que no es Mi plan que lo hagas solo. Las cargas y obstáculos que ves ante ti no están pensados para tus estrechos hombros. Son para que los porte Yo mientras te levanto y llevo tus pesos. Yo lo he dispuesto así por amor y compasión, para que te acerques a Mí en el camino eterno; para que te apoyes en Mí con todo tu peso. Siempre que sigas echando toda tu ansiedad sobre Mí, Yo te sacaré adelante.
Soy el buen pastor, y conduzco a Mis ovejas. Te guío por sendas de justicia. Te llevo por la senda de Mi voluntad, y adondequiera que te llevo, allí también te doy fuerzas. Cuando no puedas seguir, cuando tus fuerzas sean pocas, cuando te sientas agobiado y presionado por el camino riguroso que tienes ante ti, será cuando Yo te lleve. Como buen pastor que soy, voy delante; te he preparado el camino.
Ese es el secreto. Esa es la solución para realizar las tareas que se te han encomendado. Ese es el remedio. Sabes en tu corazón y en tu conciencia que no he faltado a ninguna de Mis buenas promesas, y que tampoco faltaré en esta.
No te fijes en las olas; ¡alza la vista! Contempla Mi rostro. Échate en Mis brazos eternos. Deposita tus cargas, pesos y problemas en el altar, déjalos ahí que Yo te sustentaré. No los vuelvas a recoger para llevártelos contigo; déjalos más bien a Mi cuidado, que Yo me encargaré de ellos.
Al remontarte hasta Mí en las alas de la oración, al retirarte a descansar y reabastecerte, día a día, paso a paso, momento a momento te daré las soluciones que te guiarán al abrirte paso o rodear las montañas que tienes por delante. Para ello es preciso que descanses, que sigas descansando y que te apoyes por entero en Mí. No empieces la casa por el tejado.
¡No mires las olas, mira hacia arriba! ¡Pon los ojos en Mí! La alabanza es la voz de la fe. Alábame por la solución aun antes de que te la dé, y luego no ceses de alabarme. No tardarás en descubrir la solución. Está en camino. Ya viene; solo tienes que seguir confiando. ¡No desfallezcas! ¡Persevera!
No puedes extenderte más allá de tus posibilidades. Lo que esté fuera de tus posibilidades tienes que dejármelo a Mí. Por eso permito que, de cuando en cuando sean colocadas sobre tus hombros cargas tan pesadas, para que te apoyes plenamente en Mí. Pero nunca permito que tus cargas sean mayores de lo que eres capaz de sobrellevar. Al echar tu carga sobre Mí aprenderás a valerte de toda Mi fortaleza, y deleitarte en Mi gran poder para vencer contra todo. Mi poder se perfeccionará en ti a medida que plasma las victorias, los triunfos y la sanidad que con tanta urgencia necesitas.
Sé un hombre prudente que aprende del ejemplo de otros. Toma ejemplo de Mi siervo Martín Lutero, el cual, cuando se hallaba ante una labor demasiado grande y difícil, se retiraba y pasaba el doble de tiempo orando y en dulce comunión conmigo. ¿Te preguntas cómo vas a poder atender a tus muchos asuntos pendientes? Haz como Lutero. Cuando se retiraba a su aposento a orar, entraba vacío. Vaciaba todos sus bolsillos. Me abría su corazón, descargaba todos sus fardos sobre Mi altar y allí los dejaba. Ese es el secreto del sosiego: echar toda tu ansiedad sobre Mí, sabiendo que tengo cuidado de ti, ¡que siempre he resuelto cada problema, cada detalle, y siempre lo haré!
No se turbe tu corazón por estas situaciones aparentemente imposibles que enfrentas, pues soy capaz de dar las soluciones, responder a la oración y hacer milagros. Obraré en cada una de esas situaciones sin excepción; tú despreocúpate y mira cómo lucho en tu lugar.
No se turbe tu corazón. Échate a descansar en Mis tiernos brazos, y sabe que te miro con rostro radiante. Te sostengo, te llevo y te dotaré de la capacidad suficiente para realizar tu tarea. Eres obra de Mis manos. Ten la certeza de que nunca te dejaré ni te desampararé.
*
Tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros.  Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados;  perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos.   2 Corintios 4:7–9[1]
Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento.  Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.  2 Corintios 4:16–18[2]
Sé en quién he creído, y estoy seguro de que tiene poder para guardar hasta aquel día lo que le he confiado. Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros, a Él sea la gloria.  2 Timoteo 1:12; Efesios 3:20–21[3]

lunes, 24 de noviembre de 2014

Dale sentido a tu vida

Solo Dios puede darle auténtico sentido a la vida

Hoy en día muchísimas personas no saben qué creer. No saben de dónde vienen, quiénes son ni hacia dónde se dirigen. Andan completamente confundidas porque han perdido contacto con el único marco concreto de referencia: Dios y Sus designios para nosotros, tal como vienen expresados en la Biblia. Como han perdido la fe en Dios —o nunca han tenido esa clase de fe—, no tienen fe en el amor, en la vida ni en sus semejantes. Descreen de todo.

En cambio, los que hemos descubierto el amor de Dios en la figura de Jesús hemos hallado un Dios infalible y un amor imperecedero. 

Conocemos a Dios, y conocerlo es la vida eterna  por lo que ahora tenemos un concepto de la vida totalmente diferente. Al hacerse parte de nosotros, Jesús no solo purifica y regenera nuestro espíritu: también renueva nuestros pensamientos. Deshace las antiguas conexiones y reflejos y poco a poco reconstruye nuestra mente, poniéndole un nuevo cableado, hasta obtener una flamante computadora que reacciona de forma distinta ante casi todo lo que tiene su alrededor.

Además de la estupenda felicidad, vida y amor que nos brinda Jesús, hemos encontrado un auténtico objetivo en la vida y un Ser que da sentido a nuestra existencia.
 

viernes, 21 de noviembre de 2014

Aflicciones

«Muchas son las aflicciones del justo»

¿Las aflicciones de quién? Hasta los justos padecen aflicciones. «Pero de todas ellas lo librará el Señor». Dios permite que suframos enfermedades y que pasemos apuros y dificultades. Lo hace para poner a prueba y fortalecer nuestra fe, y para propiciar que saquemos victorias aún mayores de lo que parecen derrotas. A veces nos pasan cosas malas solo para que nos aferremos a Él. En otros casos, sirven para unirnos más unos a otros. A veces nos ocurren para mantenernos humildes. Otras, para que oremos. Es decir, que hasta los reveses y las tribulaciones nos hacen bien si permitimos que cumplan el propósito divino.

Es importante recordar que Dios lo hace todo con amor. «A los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien» (Romanos 8:28). Dios nunca dejará que a un hijo Suyo que lo ama le suceda algo que a la postre no sea para su propio bien. Por eso, aunque «muchas son las aflicciones del justo», el Señor te librará de todas ellas, sin importar cuántas ni cuáles sean. ¡De TODAS! No de algunas, ni de unas pocas, ni de la mayoría, ni de muchas, ¡sino de todas! Así, pues, la próxima vez que te aqueje una enfermedad o que atravieses un momento difícil, confía en que Dios te ayudará, tal como nos promete en Su Palabra.

jueves, 20 de noviembre de 2014

La creación nos muestra el amor de Dios

La creación de Dios evidencia el amor que Él te tiene

¿Te ama Dios? Eso es algo que se ve y se palpa en el hermoso mundo que hizo para nosotros. Mira a tu alrededor, fíjate en las maravillas de la naturaleza y te convencerás de que Dios te ama. Su amor se evidencia en todo lo que hizo para tu deleite.

Considera la paciencia y misericordia de Dios. A todo ser humano que ha vivido en la Tierra le ha enviado en algún momento Su luz, para iluminar su entenebrecido corazón y expresarle Su amor. Él prodiga toda esa belleza y todas esas bendiciones no solo a los justos, sino también a los injustos, aunque no merezcan Su amor y Su misericordia. Aun así Él les regala sol casi todos los días, lluvia para hacer crecer las flores, magníficos árboles, la hierba, el cielo, las nubes, la luna, las estrellas y todas las demás maravillas del universo.

Si no crees que Dios te ame, fíjate en todo lo bueno que te ha dado. ¿Qué más puede decir para convencerte? No tenía por qué hacer la vida tan placentera ni el mundo tan hermoso, pero lo hizo. ¡Y lo hizo pensando en ti!

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Sonríe

Sonríe, una y otra vez

Sonríe, una y otra vez. Cada vez que otros ven un rostro sonriente les recuerda que a lo mejor ellos también tienen motivos para sonreír, y eso los pondrá de buen humor. Esa interacción, de las más simples que se dan entre seres humanos, apenas un esbozo de sonrisa, es uno de los mensajes de buena voluntad más contundentes con que cuentas. Ya sea que andes el día entero con una sonrisa en el rostro o que te la guardes para las personas con quienes intercambias miradas, una sonrisa franca y abierta no solo alegrará a quien la recibe (y a lo mejor hasta te la devuelve) sino que te darás cuenta de que sonreír hace que te sientas más feliz.  Anónimo

Sonríanse los unos a los otros; sonríele a tu esposa, sonríele a tu esposo, sonríeles a tus hijos, sonríanse los unos a los otros —no importa quiénes sean— y eso los ayudará a crecer en amor unos por otros.  Madre Teresa

No importa en quiénes nos convirtamos aquí en la Tierra a menos que lo hagamos por el bien de los demás. Nuestros dones y talentos se nos dan para ayudarnos a servir. Y al servir a los demás crecemos espiritualmente.

Estamos aquí para ayudarnos unos a otros, para cuidar unos de otros, para comprender, perdonar y servirnos los unos a los otros. Estamos aquí para manifestar amor por cada persona nacida en la Tierra.

Cualquier cosa que hagamos para manifestar amor vale la pena; una sonrisa, una palabra de ánimo, un pequeño acto de sacrificio.  Betty J. Eadie

Fe para hoy

Tener fe es hacer lo que Dios te pide hoy y creer que Él se encargará del mañana

Basta con tener fe para el día de hoy. Dios nos da fuerzas para el día de hoy nada más. «Como tus días serán tus fuerzas» (Deuteronomio 33:25). Te da la unción para la ocasión y gracia para soportar la prueba, en el momento preciso en que la necesitas, no antes. No necesitas fe hoy para el día de mañana. ¡Confía en Dios! Tu Padre celestial te ama. Así como te cuida hoy, te cuidará mañana.

Jesús dijo: «No os angustiéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propia preocupación. Basta a cada día su propio mal» (Mateo 6:34). ¡No te preocupes más por el día de mañana! Es un mandato, no es optativo. No es tan solo un buen consejo; ¡es una orden! Llegado el día de mañana, Dios se encargará de todo.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Pon a Dios a prueba

Pon a Dios a prueba

Muchas personas que afirman no creer en Dios, en el fondo no son ateas. A lo mejor es que no han llegado a una conclusión definitiva sobre Él porque no han tenido oportunidad de conocer la verdad. Aun si tienen dudas o interrogantes no resueltos que les impiden creer, si son sinceras y realmente ansían respuestas, Él se las dará.
Aunque no creas en Dios ni en la Biblia ni en nada, puedes poner a Dios en un tubo de ensayo y comprobar Su existencia. ¡El tubo de ensayo eres tú! Ponlo en tu interior y verás qué pasa.

Dile sinceramente: «Dios, si estás en alguna parte, quiero verte. Manifiéstate a mí». ¡Y Él lo hará! Una vez que admites la posibilidad de que exista, le estás dando una oportunidad. Hay una chispita de fe, que Dios premiará permitiéndote ver, sentir y conocer la prueba. Puede que no lo haga de inmediato o de la manera que tú esperas, pero tarde o temprano lo hará.

A Dios le encanta la fe. Nos ama porque creemos en Él. Y una vez que comiences a creer, te probará Su existencia por diversos medios: a través de oraciones respondidas, milagros e incluso obrando transformaciones en tu propia vida.

sábado, 15 de noviembre de 2014

¿Existe Dios?

«Dice el necio en su corazón: «No hay Dios»

Nada más observando la naturaleza se hace patente la existencia de un Creador. Es lógico, razonable y evidente que Dios existe. Solo un necio puede creer de veras que todo surgió por casualidad. Basta con observar los árboles y los pájaros para convencerse de que no son obra del azar: alguien lo ideó todo hasta el último detalle. La totalidad de la creación de Dios da testimonio constante de la existencia de un artífice divino. «Lo invisible de Él […] se hace claramente visible desde la creación del mundo y se puede discernir por medio de las cosas hechas» (Romanos 1:20).

Aunque toda la naturaleza manifiesta la acción de un Dios invisible, actualmente son muchos los que rechazan ese testimonio porque prefieren ignorarlo. No quieren admitir que Dios existe. Les gustaría prescindir de Él, pero para eso necesitan disponer de una explicación de cómo se formó todo. De ahí la descabellada teoría de la evolución.

«Como ellos no quisieron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente depravada» (Romanos 1:28).

En cambio nosotros, los creyentes, nos maravillamos contemplando la obra de Sus manos. Lo reconocemos en Su creación. Lo entendemos mejor por medio de las cosas que hizo. Y por eso lo glorificamos y le damos gracias.
 

jueves, 13 de noviembre de 2014

La fe cura

Uno de los factores más importantes para curarse es la fe

Tu salud física depende sin duda alguna de tu estado emocional, y tu salud emocional depende en gran medida de tu estado espiritual. De hecho, algunos médicos estiman que el 90% o más de todas las enfermedades responde a causas emocionales.

El temor, la tensión y el odio generan diversos trastornos sicológicos y nerviosos. También hay muchas enfermedades físicas, como las afecciones cardiacas, la artritis y las úlceras estomacales, que pueden ser provocadas por la preocupación, el temor, el rencor, el odio o una actitud negativa frente a la vida. Esos sentimientos pueden dar lugar a una verdadera acumulación de toxinas en el organismo, las cuales causan enfermedades. En definitiva, ¡un estado de ánimo negativo puede envenenar tu cuerpo!

De ahí que la fe sea un remedio tan extraordinario. La certeza de que tu Padre celestial te ama y cuidará de ti y de los tuyos, de tu familia, de tu futuro, de tu trabajo y de todo, elimina el temor, serena la mente, comunica paz a tu corazón y te produce una sensación de bienestar espiritual que da reposo a tus órganos vitales, lo cual contribuye a eliminar las toxinas. ¡La mejor medicina que hay es la fe sencilla en el amor de Dios!
 

miércoles, 12 de noviembre de 2014

La amistad

 La amistad
Jeremy Taylor
Aprovecha lo que esta amistad te ha enseñado, lo valioso que adquirió el uno del otro; y toma la determinación de demostrar el cariño que tienes por ese amigo al emplear todo lo que has ganado. Lo que tu amigo te ha dado y que ha compartido contigo se ha vuelto parte de ti y seguirá bendiciéndote a ti y a otros. Es el regalo que te ha entregado ese amigo. El regalo que le des a tu amigo es emplear todo eso, de modo que se multiplique lo que esa amistad les ha ofrecido.
Descubrirás que una parte de ese viejo amigo se mantiene viva y crece en tu vida, de modo que seas una mejor persona, una persona más prudente. Es la manera perfecta de mantener viva esa amistad en tu corazón. Válete de eso para entablar amistad con tantas personas como puedas. Así, la amistad se vuelve total de verdad.
Esa es una razón por la que hay gran y potente unidad en el Cielo. Todos los lazos de amistad y de amor que creas en la Tierra se convierten en un gozo eterno para ti en el Cielo. Allí te darás cuenta que jamás has perdido un amigo, sino que la partida de cada uno en el plano físico causó que se iniciara la comunicación, tanto contigo como por medio de ti, con todos los amigos que habrás tenido en esta vida.
Si tienes amigos que siguen contigo o que están cerca, aprecia su valor. Si tienes amigos que se van o que se han ido, festeja la cercanía que han tenido y el regalo que ha sido y esfuérzate por cultivar otras relaciones parecidas.
Al decir «amistad» se intenta expresar el mayor amor, el desinterés más extremo, la comunicación más abierta, los sufrimientos más nobles, la verdad más seria, el consejo más sincero y la mayor unión de pareceres de la que son capaces los hombres y las mujeres valientes. 

martes, 11 de noviembre de 2014

¿Te parece que no sirves para nada?

¿Te parece que no sirves para nada?

Lo poco es mucho cuando Dios interviene. En realidad, a Dios no le hace falta nada para empezar. Él creó el mundo de la nada (Hebreos 11:3). Quedó bastante bien, ¿no es cierto? Lo colgó en el vacío (Job 26:7); y no se cae, ¿verdad? Él puede crear algo de la nada —hasta de ti— si se lo permites.

A Dios no le interesa mucho la grandeza tal como el mundo la concibe. De hecho, se especializa en valerse de personas que tienen pocas probabilidades de hacer algo destacado. Sin embargo, por Su milagroso poder y Su gracia se convierten en luminarias para otros. Dios solo hace grandes a personas sencillas, con lo que demuestra Su grandeza (1 Corintios 1:26-29).

Atrévete a confiar en Él a pesar de ser como eres, y reconócele todo el mérito cuando haga en ti un milagro, lo que tú no podías hacer. Si eres capaz de creer en Él, todo es posible, ya que Él lo crea todo a partir de la nada. No somos nada ni podemos hacer nada bueno por nosotros mismos (Gálatas 6:3; Juan 15:5).

Podría decirse que Dios es la circunferencia que rodea la nada y la convierte en algo. Con Él a tu alrededor, hasta tu nada puede ser algo. Es más, ¡puedes llegar a ser casi todo lo que te propongas!
 

lunes, 10 de noviembre de 2014

Escuchar a Dios



Es maravilloso escuchar al Señor de manera directa y personal.

     Dios espera que Sus hijos, aquellos que le conocen personalmente y conocen Su voluntad y Su Palabra, se acerquen a Él de manera directa y personal, que se comuniquen con Él directamente y no a través de la fe o las oraciones de otra persona. ¡Es por esto que lo más importante que todo cristiano puede aprender —y que todo cristiano recién convertido debe aprender por sí mismo— es obedecer a Dios y escuchar nuevas cosas de Él cada día!
     Todos los días puedes escuchar a Dios, y todos los días deberías escucharle. No es necesario que sea en voz alta; no tiene que ser algo audible. Puede perfectamente ser esa voz apacible y delicada que sientes dentro de ti (1Reyes 19:12). A veces ni siquiera son palabras, sino una simple sensación. Dios no necesita comunicarse con palabras; puede sencillamente darte una sensación, una imagen o una idea. ¡Si de verdad crees, si quieres oír o ver algo y se lo pides al Señor, no quedarás defraudado! ¡Y lo que veas o escuches con los ojos u oídos de tu espíritu, será la voz del Señor! ¡Te alentará muchísimo!
     Si de verdad quieres oírle, Él te hablará. Solo necesitas tener fe. ¡Si crees, Jesús habla en cualquier momento y lugar! ¡En cualquier momento en que lo creas!

viernes, 7 de noviembre de 2014

¿Conoces al mejor médico del universo?

¿Conoces al mejor médico del universo?

La curación ha sido siempre una de las necesidades físicas más acuciantes de las personas. Jesús sanaba a todos los que se acercaban a Él, a cualquiera, fuese quien fuese, con tal de que tuviera fe y creyera que Él podía sanarlo. Lo que la gente precisaba con mayor urgencia, antes de llegar a entender la salvación, era curarse físicamente. Muchas veces Jesús sanaba a quienes acudían a Él antes de ocuparse de sus necesidades espirituales.

¡Los milagros no son cosa del pasado! Dios todavía se dedica a transformar los cuerpos que lo necesitan. Sigue siendo el mejor de los médicos. Todavía dice: «Yo soy el Señor, tu sanador» (Éxodo 15:26), «quien perdona todas tus maldades, el que sana todas tus dolencias» (Salmo 103:3). No dice algunas, o unas pocas, ni muchas, ni la mayoría, sino todas. ¡Dios puede curar cualquier dolencia!

Él es tu Padre celestial. Te ama y responde las oraciones. No solo puede, sino que quiere curarte. La sanación está a tu disposición. Basta con que creas, y Él te curará. Lo único que te pide es que lo honres demostrando fe en Él y creyendo las promesas que ha hecho en Su Palabra. Es así de sencillo.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Conforme a tu fe te sea hecho

Conforme a tu fe os sea hecho

George Whitten

En la corte de Alejandro Magno se encontraba un filósofo muy capaz, pero con escaso dinero. Pidió ayuda económica a Alejandro y se le dijo que tomara lo que necesitara del tesoro imperial. Sin embargo, cuando el filósofo solicitó una cantidad equivalente a 50.000 dólares, el tesorero se la negó y añadió que necesitaba verificar que esa suma cuantiosa se había autorizado. 

Cuando se le preguntó a Alejandro, el gobernante respondió: «Entreguen ese dinero de inmediato. El filósofo me ha honrado de manera extraordinaria. Al pedir una suma tan grande revela que sabe cuál es mi riqueza y también que ha entendido mi generosidad».

Del mismo modo, honramos al Señor cuando nos presentamos ante Él con humildad y le pedimos grandes cosas.

¡Anímense y crean que recibirán maravillas! ¡Dios tiene reservadas soluciones estupendas!

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Agradecer

 Un grupo de turistas observaba cómo se ocultaba el sol desde la terraza de un hotel en un lugar de veraneo. Un tipo gordo, de aspecto poco romántico, se quedó hasta que el último rayo de luz desapareció, extasiado ante la belleza de lo que veía. Una de las invitadas, ―que era más observadora que los demás―, se sentó junto a él en la cena, y le preguntó intrigada: «Parece haber disfrutado mucho del atardecer, Sr. B., ¿es usted artista?» «No, señora, soy plomero,» contestó con una leve sonrisa, «pero estuve ciego durante cinco años.»

-La felicidad empieza cuando uno deja de lamentarse por los problemas que tiene, y agradece los problemas que no tiene.

martes, 4 de noviembre de 2014

Magnífico sanador

Magnífico Sanador
Él sana a los de corazón quebrantado y les venda las heridas.
Cuenta las estrellas y llama a cada una por su nombre.
¡Qué grande es nuestro Señor! ¡Su poder es absoluto!
¡Su comprensión supera todo entendimiento!
El Señor sostiene a los humildes. […]
El Señor se deleita en los que le temen, en los que ponen su esperanza en Su amor inagotable.

Salmo 147:3-6, 11
Cesa de esforzarte y reposa en Mi amor. Ten la tranquilidad de que a medida que me busques, me hallarás. No temas, ni dejes que los sentimientos de condenación te detengan ni te hagan sentir que no te amo. Conozco las debilidades y flaquezas de tu condición humana. A pesar de todas ellas, te estoy dejando la vía tan expedita y tan fácil como puedo.
Así como el padre se compadece del hijo que se esfuerza por complacerle, Yo también me compadezco de ti al ver tus esfuerzos por alcanzar la manija, y te abro generosamente la puerta por iniciativa propia. Te doy entrada libre a Mi Reino. Ven y participa de los frutos de Mi Espíritu. De gracia doy de Mi Espíritu, y tienes libertad para disfrutar de los frutos de Mi Espíritu por la eternidad.

lunes, 3 de noviembre de 2014

¡A reir!

¿Cuánto vale una sonrisa?
¿Sabías que un capítulo de los Proverbios contiene dos de los mejores versículos que hay acerca de la fuerza de sonreír?
«El corazón alegre se refleja en el rostro; el corazón dolido deprime el espíritu». «Una mirada radiante alegra el corazón, y las buenas noticias renuevan las fuerzas».  Proverbios 15:13, 30
En el primer versículo, Dios dice que la felicidad proviene del corazón. Dicho de otro modo, que si uno elige ser feliz interiormente, siempre se manifestará externamente.
En el otro versículo dice justamente lo opuesto: que cuando uno elige tener una expresión alegre, su corazón se alegrará. En otras palabras, luce una sonrisa y también te sentirás bien por dentro.
Así que, luce una sonrisa y sé feliz… no solo alentará a otros a hacer lo mismo sino que tú también te sentirás magníficamente y probablemente por hacer el esfuerzo tendrás una mejor actitud.
Puede que haya veces en que pienses: «No tengo razón alguna para sonreír». Cuando te sientas así, pregúntale a Dios qué motivos tienes para sonreír. ¡Sin falta te lo dirá!