miércoles, 5 de noviembre de 2014

Agradecer

 Un grupo de turistas observaba cómo se ocultaba el sol desde la terraza de un hotel en un lugar de veraneo. Un tipo gordo, de aspecto poco romántico, se quedó hasta que el último rayo de luz desapareció, extasiado ante la belleza de lo que veía. Una de las invitadas, ―que era más observadora que los demás―, se sentó junto a él en la cena, y le preguntó intrigada: «Parece haber disfrutado mucho del atardecer, Sr. B., ¿es usted artista?» «No, señora, soy plomero,» contestó con una leve sonrisa, «pero estuve ciego durante cinco años.»

-La felicidad empieza cuando uno deja de lamentarse por los problemas que tiene, y agradece los problemas que no tiene.

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