Es maravilloso escuchar al Señor de manera
directa y personal.
Dios espera que Sus hijos, aquellos que le conocen personalmente y conocen Su voluntad y Su Palabra, se acerquen a Él de manera directa y personal, que se comuniquen con Él directamente y no a través de la fe o las oraciones de otra persona. ¡Es por esto que lo más importante que todo cristiano puede aprender —y que todo cristiano recién convertido debe aprender por sí mismo— es obedecer a Dios y escuchar nuevas cosas de Él cada día!
Todos los días puedes escuchar a Dios, y todos los días deberías escucharle. No es necesario que sea en voz alta; no tiene que ser algo audible. Puede perfectamente ser esa voz apacible y delicada que sientes dentro de ti (1Reyes 19:12). A veces ni siquiera son palabras, sino una simple sensación. Dios no necesita comunicarse con palabras; puede sencillamente darte una sensación, una imagen o una idea. ¡Si de verdad crees, si quieres oír o ver algo y se lo pides al Señor, no quedarás defraudado! ¡Y lo que veas o escuches con los ojos u oídos de tu espíritu, será la voz del Señor! ¡Te alentará muchísimo!
Si de verdad quieres oírle, Él te hablará. Solo necesitas tener fe. ¡Si crees, Jesús habla en cualquier momento y lugar! ¡En cualquier momento en que lo creas!
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