viernes, 28 de noviembre de 2014

Lo que realmente cuenta

Una frase célebre que colgaba en la pared de la oficina de Albert Einstein decía: «No todo lo que cuenta es cuantificable; y no todo lo cuantificable cuenta». Dicho de otro modo, muchas de las cosas que haces en un día o en una semana no se pueden contar. Hablo de cosas como el tiempo que se pasa en oración, la energía que se gasta en la enseñanza de los niños, el tiempo que puedes dedicarle a la misión, cuando dejas de hacer algo que querrías hacer para sacrificarte por otra persona. No son cosas que puedan ser marcadas como terminadas en tu lista de quehaceres, pero en realidad son momentos vitales que definen tu día y tu vida.
Debemos estar seguros de mantener muy claro en nuestras mentes que el amor es lo más importante. Si no tenemos amor, todas las marcas de logros en nuestra lista de tareas, todos nuestros hechos grandiosos, no servirán de nada.
¡La prioridad número uno es y siempre debería ser la de amar! Si cuando te acuestas por la noche puedes dormir sabiendo que has mostrado amor, entonces podrás descansar de verdad, sabrás que has logrado algo verdaderamente grandioso.
Si hoy fuera su último día y lo supieran, ¿cuánto tiempo dedicarían a algo que no significa nada en el panorama de la eternidad? Valorarían mucho los minutos. Y elegirían invertirlos en lo más importante. Las cosas del mundo no tendrían sentido, serían casi ofensivas a su espíritu. Querrían amar a sus seres queridos y hacerles saber cuánto significan para ustedes. Arreglarían toda desavenencia y se reconciliarían de haber necesidad. Si alguna vez se han visto cara a cara con la muerte, o han acompañado a un ser querido en una enfermedad grave y visto cómo reacomodaba su escala de prioridades, entenderán esto. Todo se hace muy claro en momentos así. Lo único que importa es el amor.

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario