Sonríe, una y otra vez
Sonríe, una y otra vez. Cada vez que
otros ven un rostro sonriente les recuerda que a lo mejor ellos también tienen
motivos para sonreír, y eso los pondrá de buen humor. Esa interacción, de las
más simples que se dan entre seres humanos, apenas un esbozo de sonrisa, es uno
de los mensajes de buena voluntad más contundentes con que cuentas. Ya sea que
andes el día entero con una sonrisa en el rostro o que te la guardes para las
personas con quienes intercambias miradas, una sonrisa franca y abierta no solo
alegrará a quien la recibe (y a lo mejor hasta te la devuelve) sino que te
darás cuenta de que sonreír hace que te sientas más feliz. Anónimo
Sonríanse los unos a los otros; sonríele
a tu esposa, sonríele a tu esposo, sonríeles a tus hijos, sonríanse los unos a
los otros —no importa quiénes sean— y eso los ayudará a crecer en amor unos por
otros. Madre Teresa
No importa en quiénes nos convirtamos
aquí en la Tierra a menos que lo hagamos por el bien de los demás. Nuestros
dones y talentos se nos dan para ayudarnos a servir. Y al servir a los demás
crecemos espiritualmente.
Estamos aquí para ayudarnos unos a
otros, para cuidar unos de otros, para comprender, perdonar y servirnos los
unos a los otros. Estamos aquí para manifestar amor por cada persona nacida en
la Tierra.
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