lunes, 1 de diciembre de 2014

Los retrazos no son rechazos

Los retrasos de Dios no son rechazos

Dios responde a nuestras oraciones, pero no siempre como queremos o esperamos. Él rara vez tiene prisa, lo cual se evidencia en Su creación: le toma tiempo hacer un bebé, una flor, un árbol, un atardecer e incluso una brizna de hierba. No se le puede apurar. Hay que armarse de paciencia, pues cada cosa tiene su tiempo.
A veces Él aguarda a que se den las condiciones propicias para el resultado que quiere obtener.

Como en el caso de un hombre de la Biblia que era ciego de nacimiento. Tuvo que ser ciego toda la vida para que todos lo supieran y para que cuando Jesús lo sanara prodigiosamente, Dios fuese glorificado (Juan 9). Tal vez tardes años en averiguar por qué Dios no te respondió como esperabas o en el momento en que se lo pediste; pero un día lo sabrás y te convencerás de que Dios actuó acertadamente.

La oscuridad más densa se produce justo antes del alba. La más profunda desesperanza nos asalta justo antes de la salvación, del rescate. Por eso, no dudes ni por un instante de que Dios te contestará, ¡y ya verás que lo hará! Confía en Él y dale las gracias por Su respuesta, aunque no la veas de inmediato. ¡Mañana te alegrarás de haber confiado en Él!

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