miércoles, 10 de diciembre de 2014

No se haga mi voluntad

No se haga mi voluntad

Palabras de Jesús

Deléitate en el Señor, y Él te concederá los deseos de tu corazón. Entrega al Señor todo lo que haces; confía en Él, y Él te ayudará. Él hará resplandecer tu inocencia como el amanecer, y la justicia de tu causa brillará como el sol de mediodía.  Salmo 37:4-6

Yo soy el jardinero jefe. Soy el maestro paisajista. Puse en tu mano esas semillas y tú las sembraste, regaste y cuidaste. Pero cuando contemplo tu jardín observo una fea y mala hierba que lo contamina. Es una maleza incómoda y molesta. Has tratado de arrancarla. Has intentado desarraigarla. La has hecho pedazos y la has quemado. Deseabas ardientemente deshacerte de tan fea maleza.
Para hacerlo, es preciso que caves hondo bajo la capa superior del suelo. Es necesario que caves mucho más hondo y busques las raíces, pues a gran profundidad hay una raíz de la cual proviene esa maleza. Si deseas que tu parcela esté hermosa y libre de esa maligna hierba, cava hondo y desentierra esa raíz de inflexibilidad.

Entrégame tu corazón y tu vida. Confía en Mí y dime: «No se haga mi voluntad, sino la Tuya».
Cuando muestras disposición a encomendarme tus planes, cuando te puedo moldear con Mis manos; cuando me entregas todo tu ser y deseas de todo corazón librarte de esas cosas para poseerme más abundantemente a Mí y a Mi Espíritu, hallarás la liberación, y tu parcela estará más hermosa que nunca. Estará en todo su esplendor y me glorificará.

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