IMPARTIR VALORES A LOS HIJOS
Connie Neuman
Cómo vives —tu orden de prioridades,
cómo pasas el tiempo, cómo gastas el dinero, cómo tratas a los demás y a tus
posesiones— es el mejor indicador de lo que te importa y los valores que
aprecias. Créeme, tus hijos interpretan tu vida con mucha mayor claridad que
cuando oyen tus palabras. Si esas dos cosas están en armonía, es estupendo. Si
no, es hora de volver a evaluar.
A medida que tratas de impartir a tus
hijos valores sanos, pregúntate:
- ¿Puedo expresar cuáles son los valores y normas de conducta de mi familia? En caso contrario, dedica algo de tiempo a hacerlo.
- ¿Mis hijos pueden distinguir entre la verdad y las mentiras?
- ¿He enseñado a mis hijos que hay valores absolutos en lo que respecta al bien y el mal? ¿Cómo?
- ¿Les he enseñado a expresar su desacuerdo cortésmente cuando alguien los acusa de ser de mentalidad cerrada o chapados a la antigua porque creen en el bien y el mal?
- ¿Les he enseñado que hay una diferencia entre quién es una persona y lo que hace?
- ¿Les he enseñado a tratar con amor y compasión a los demás?
- ¿Mis hijos me oyen decir mentiras a fin de guardar las apariencias o no quedar mal?
- ¿Vivo siguiendo como modelo la honradez y la integridad?
- ¿Trato a los demás de la manera que quiero que me traten?
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